1980, Dionisio Custodio y Esther Jiménez, agricultores de toda la vida, fundaron nuestra empresa. En su finca cultivaban ñames, plátanos, guineos, yautías y, por supuesto, café. Con alrededor de 17,000 árboles de café, comenzaron a procesar el café en su finca, despulpándolo, lavándolo a mano y secándolo al sol. Con el tiempo, adquirieron maquinaria y equipo para procesar las crecientes cantidades de café, incluyendo las cosechas de agricultores vecinos.

A principios de los años 90, construyeron un nuevo beneficiado, pero lamentablemente, Dionisio falleció. Doña Esther, con determinación y esfuerzo, continuó con el beneficiado, gestionando más de 12 obreros y recibiendo café de más de 200 agricultores. Sus nietos crecieron trabajando a su lado, aprendiendo y manteniendo viva la tradición familiar.